La torticolis es una contracción muscular prolongada, que afecta a la musculatura de la región cervical. El principal músculo afectado es el esternocleidomastoideo, pero también el trapecio, los escalenos y el angular de la escápula se pueden ver afectados.
Tal y como explica Lucía Rodríguez, responsable del Servicio de Fisioterapia del hospital Ribera Polusa, “esta contracción mantenida provoca un acortamiento muscular, dando lugar a una postura antiálgica, normalmente la inclinación o rotación de la cabeza hacia un lado”.
Adrián Ventero, supervisor de Fisioterapia del Departamento de Salud de Dénia, asegura que el origen de la tortícolis “surge siempre de la posición anormal del cuello y de la contractura muscular asociada, principalmente del músculo esternocleidomastoideo”.
Por qué tenemos tortícolis
Los especialistas del grupo sanitario Ribera consultados detallan los factores que con más frecuencia influyen en esta dolencia son:
- Las posturas incorrectas durante una actividad mantenida en el tiempo, principalmente al dormir.
- Lesión muscular provocada por una mala postura o movimiento brusco.
- Lesión traumática o golpe brusco (latigazo cervical).
- El estrés o la fatiga pueden predisponer a esta contractura.
- Las disfunciones del sistema nervioso periférico, que pueden producir la contracción mantenida del esternocleidomastoideo.
- Algunas alteraciones congénitas en bebes, que suelen asociar acortamientos de ese músculo.
- Hereditaria por influencia genética o adquirida.
- Infecciones bacterianas o víricas.
- Secundaria a una hernia de disco a nivel cervical
Consejos para quitar la tortícolis
Los profesionales consultados recomiendan seguir los siguientes consejos para aliviar las molestias de la tortícolis, empezando en casa, y acudiendo a un profesional cuando el dolor es persistente.
- Aplicar calor local en la región cervical, en forma de manta eléctrica, saco de semillas o agua caliente. Su efecto vasodilatador aumentará del flujo sanguíneo en la zona y actuará de manera beneficiosa en la musculatura afectada.
- Realizar movilizaciones suaves: mover la cabeza aproximando la oreja al hombro del mismo lado, decir “sí” y “no” con la cabeza, elevar los hombros a la altura de la oreja y luego relajarlos son algunos de los movimientos recomendados para reducir la rigidez de la zona.
- Si el dolor persiste en el tiempo, acudir a un profesional para recibir un masaje terapéutico y un tratamiento miofascial.
- También se puede recurrir a la aplicación de ultrasonidos, corrientes analgésicas, radiofrecuencia o punción seca. El profesional decidirá la más adecuada.
- El estiramiento funcional de la musculatura acortada es de especial importancia.
- El uso de relajantes musculares debe estar sujeto siempre a supervisión médica.
Adrián Ventero, supervisor de Fisioterapia del Departamento de Salud de Denia, recuerda que “en que la fase aguda, la tortícolis puede llegar a ser muy sensible y dolorosa, pero una vez pasados unos días y con el trabajo adecuado se recupera la normalidad relativamente pronto”.
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